Artetsu Saria 2005
Arbaso Elkarteak Eusko Ikaskuntzari 2005eko Artetsu sarietako bat eman dio Euskonewseko Artisautza atalarengatik
Buber Saria 2003
On line komunikabide onenari Buber Saria 2003. Euskonews
Argia Saria 1999
Astekari elektronikoari Merezimenduzko Saria
Martha GONZÁLEZ ZALDUA
Corría el año 1889. La ciudad de La Plata, fundada en 1882 levantaba sus edificios de por sí muy bellos con el entusiasmo de una urbe joven. Famosa por sus tilos y naranjos, pronto su perfume iniciaría cada primavera. Y ramblas y paseos se cubrirían con las flores del jacarandá.
A medida que las construcciones avanzaban y la población crecía, surgió la idea de la creación de una Universidad. Uno de sus impulsores fue el Dr. Aravena. Recién en 1897 y durante la gobernación de otro descendiente de vascos, don Guillermo Udaondo se constituyó la casa de altos estudios que originalmente contaba con solo cuatro Facultades: Derecho, Físico-Matemáticas, Química y Ciencias Médicas.
Las cuatro unidades académicas iniciales se transformaron en diecisiete Facultades, donde se estudian ciento dieciocho carreras de grado. Cursos de posgrado, colegios preuniversitarios, centros de investigación y desarrollo, museos, una amplia biblioteca, un cuarteto de cuerdas, una editorial y una radio FM completan hoy el panorama universitario platense.
En el aspecto extracurricular, cincuenta Cátedras Libres amplían el espectro educativo llegando a la comunidad desde al ámbito universitario con ofertas que la Universidad no cubre. Una de ellas es la Cátedra Libre de Pensamiento Vasco, con más de quince años de permanencia en la vida académica de la Universidad.
En el año 2005 la Universidad cumplió 100 años. Como homenaje y considerando la importancia de la inmigración vasca en la ciudad de La Plata, y zona de influencia se propuso desde la Cátedra un trabajo de detección de apellidos de ese origen en los egresados del año del Centenario. Fue el Proyecto Centenario.
Con la intención de realizar un aporte debidamente sistematizado para determinar la población de ese origen en las aulas universitarias, se trabajó con el Departamento de Graduados de la Universidad y con el CesPI, Centro de Estudios para el Procesamiento de la Información, que elaboró un programa de informática aplicado a la totalidad de los egresados 2005 en número de 4800.
Rectorado y estatua de Joaquín V. Gonzalez, su fundador.
De ese trabajo resultaron 2188 apellidos con posibilidad de ser considerados de origen vasco. Para determinarlos con seguridad, se siguieron los criterios adoptados por Euskaltzaindia —Real Academia de la Lengua Vasca— en su Nomenclador de Apellidos Vascos. Se tuvieron en cuenta dos posturas: la que considera el origen lingüístico euskérico del apellido aún cuando en algunos casos hayan sufrido alteraciones en su grafía, variantes en las formas originales y cambios a través del tiempo y la que entiende como vasco aquel apellido que independientemente de su procedencia lingüística se ha afincado desde antiguo en Euskal Herria. Cada uno de los 2188 apellidos fue contrastado con nomencladores elaborados por las siguientes instituciones:
Estas fuentes permitieron confirmar que 471 de esos apellidos eran con certeza de origen vasco. Lamentablemente el universo con el que debimos trabajar, estuvo limitado por la costumbre en nuestro país del uso de un solo apellido (el paterno). De contar con información sobre apellidos maternos inferimos que el número encontrado hubiera sido mayor. A raíz de ello se solicitó a las autoridades competentes, se consigne este dato entre los que el alumno aporta al ingresar.
Finalizada la tarea de detección comenzó la segunda etapa del trabajo, consistente en el envío de una encuesta a cada uno de estos egresados con el objeto de cubrir información referida a pueblos de origen, fechas de inmigración, causas de esa inmigración y datos de asentamiento de las familias.
El objetivo de esta tarea, no fue aportar un dato más a todos los que la Universidad pudo reunir para su centenario, sino más bien mostrar detrás de ellos una intención. La preocupación del vasco inmigrante por la educación de sus hijos en ese mundo nuevo al que accedía y del que poco conocía.
Durante sus cien años de vida la Universidad de La Plata, vio pasar alumnos, docentes y funcionarios que hicieron honor al origen vasco de su apellido, en una entidad que abrió sus puertas bajo la premisa de “crear, preservar y transmitir la cultura universal, reconociendo la libertad de enseñar aprender e investigar promoviendo la formación plena del hombre como sujeto y destinatario de la cultura” (Artículo 1 del Estatuto de la UNLP).
La ciudad pensada antes de ser fundada por el Dr. Dardo Rocha Arana, ofrecía la promesa de una vida donde el esfuerzo tenía su premio y la esperanza su concreción. Los vascos encontraron para sus descendientes un ámbito educativo donde desarrollar sus potencialidades, aspirando a ese algo más que América prometía.
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